En 1764, el 30 de octubre el Presbítero Ignacio Hurtado de Pontón, Visitador General del Obispado de Popayán don Antonio de Obregón y Mena, deja mandato y licencia para construir la nueva Iglesia. En este año existía una Iglesia pajiza “bastante capaz”, en el lote situado diagonalmente al templo actual. El Presbítero Francisco Benavides Vaca cedió el terreno que hoy ocupa el Templo Parroquial: Inés de Mera había cedido el lote en que estuvo edificada la Vice-parroquia colonial. En 1781 se inicia la construcción del templo, aun cuando parece que el actual Templo Parroquial se empezó a construir en 1783, existe en la Casa Cural un retablo que en letras doradas contiene la siguiente inscripción: “Esta Capilla se hizo a devoción de don Joseph Fernando de Bastillos y Zeballos, natural de los reinos de España, montañas de Santander. Siendo mayordomo de fábrica y la Cofradía del Santísimo Sacramento de esta Santa Iglesia del glorioso San Antonio de Quilichao, en el año del Señor de 1781”.
En 1872 por ordenanza N° 89 se decretan auxilios para la construcción de la torre de la Iglesia Parroquial, ya “que el pequeño campanario que tenía, había sido destrozado por un rayo”. Se compraron los materiales de la antigua capilla de Cuprecia y se contrató la hechura de la obra “con el hábil Arquitecto Benedictino Fray Serafín Barbetti. El Señor Cura supo aprovecharse de este auxilio, que alcanzó para levantar de cal y ladrillo las columnas del Templo”.
En 1912 el día 14 de abril, se da principio a la obra de remodelación de la torre del Templo parroquial (actualmente la torre sur); esta torre constaba de dos cuerpos y una pequeña cúpula, y con el fin de colocar en ella un reloj público, se decide aumentarle un cuerpo más y la cúpula que actualmente existe. Los trabajos de remodelación e instalación del reloj se concluyeron el 7 de diciembre del mismo año de 1912. La bendición de reloj tuvo lugar el día siguiente, fiesta de la Inmaculada Concepción, acto para el cual se repartieron invitaciones designando los padrinos respectivos. El reloj fue traído de Francia y en la campana principal se lee la siguiente inscripción: “Fabricada especialmente para la ciudad de Santander de Quilichao, Cauca – Julio 20 de 1912”.
En la remodelación de la torre se emplearon los siguientes materiales: 4.450 ladrillos, 625 molduras, 346 arrobas de cal, 170 cargas de arena, 1 carga de cemento, guaduas, lazos, cables, una polea, 10 vigas, 7 teleras, 6 tablas, clavos, 2 serruchos, 1 balde y un para rayos.
El costo total de materiales y jornales fue de $92.540.00. Este valor corresponde a la remodelación de la torre. El costo total del Reloj, incluida su instalación fue de $68.000.00. La suma global, o sea $160.540.00 fue costeada con aportes de ciudadanos, que como en tantas ocasiones, siempre han estado dispuestos al progreso de su terruño. El costo total de materiales y jornales fue de $92.540.00. Este valor corresponde a la remodelación de la torre. El costo total del Reloj, incluida su instalación fue de $68.000.00. La suma global, o sea $160.540.00 fue costeada con aportes de ciudadanos, que como en tantas ocasiones, siempre han estado dispuestos al progreso de su terruño.
Esos aportes se desglosan así:
- De fondos recolectados para el frontis $26.500.00
- Suma cedida por el Concejo Municipal $30.000.00
- Valor de la venta de los instrumentos para la banda de músicos, obsequiados por los santandereanos residentes en Guayaquil $30.000.00
- Contribuciones de a $1.000.00 c/u, de los siguientes ciudadanos: Pbro. Emiliano López, Pbro. Alfredo Pérez, Emiliano Valencia, Florentino Holguín, Héctor Velasco, Miguel S. Garrido, Isaías Santacruz, Justiniano Ordóñez, Miguel A. Muñoz, Roberto Bravo, Emilio Campo, Pedro José Iragorri, Dr Andrés Saa, Maximiliano Tello, Leonidas Villafañe, Rafael Bonilla, Manuel A. Sarria, Neftali Corral, Bernardo Mendoza, Carlos Villamil, José M. Lenis, Enrique de la Rosa, Jorge y Sergio Arboleda, Aureliano Guzmán, Rafael Tello R., Modesto Restrepo, Israel Velasco, Juan campo y Eliseo Navia. $ 29.000.00.
- Contribución de otros 80 ciudadanos con sumas menores: $27.750.00
En 1964 a la madrugada del domingo 12 de julio, se origina un incendio en la Iglesia Parroquial que destruye totalmente el Altar Mayor y los altares laterales del Ecce-Homo y la Inmaculada. Ese mismo día, se organiza una colecta pública y en reunión de vecinos se decide comisionar a los ingenieros y Arquitectos de Santander para elaborar propuestas tendientes a la reconstrucción del Templo. Finalmente, elabora los planos y dirige la obra el Arquitecto Armando Velasco Zúñiga, en forma gratuita. En Noviembre de este año se inicia los trabajos, y la nueva fábrica de la Iglesia es consagrada por el Arzobispo de Popayán el 16 de junio de 1968. Fue impulsor de la obra el Párroco Juan de J. Rendón, y realizó el trabajo de albañilería el maestro Eloy Vera. La madera del cielo raso es de Peine Mono, proveniente de la Costa Caucana del Pacífico; la baldosa de granito fue traída de Bogotá. El diseño de las lámparas, es obra del Arquitecto Velasco y fueron realizadas en Cali, lo mismo que la nueva Pila Bautismal. La iglesia Parroquial había sido previamente ampliada con la Capilla del Sagrado Corazón, obra del Ingeniero Quilichagueño, Hazael C. Prado, en 1930; el frontis de la misma, fue remodelado, agregándole la torre norte, el óculo y la hornacina centrales, por el Arquitecto Santandereano Guillermo Garrido Tovar, entre 1938 y 1941. Al mismo tiempo, se restauró el interior del Templo.
Las modificaciones ocurridas entre 1930 y 1942 fueron impulsadas por el Presbítero Mario Velasco Tello. En la reforma de 1964, se suprimieron las pilastras centrales que conformaban naves. El ingeniero Hugo Villafañe colaboró con los cálculos estructurales de buena parte de la obra.En1965 el 6 de octubre se celebró por primera vez, desde el incendio del 12 de julio de 1964, una misa de difuntos dentro del Templo Parroquial, en construcción. Dos días más tarde, el viernes 8, se celebra la segunda misa para el funeral del Presbítero Arcadio Velasco Tello, con asistencia del Arzobispo de Popayán y varios sacerdotes. Desde entonces, se abrió nuevamente el Templo al culto, que había venido realizándose provisionalmente en la Capilla del Colegio “Fernández Guerra”.
El Domingo 16 de junio de 1968, Monseñor Miguel Ángel Arce, Arzobispo de Popayán, consagró el nuevo altar de piedra del Templo Parroquial, y luego se ofició una misa concelebrada en que participaron 5 Sacerdotes, y el coro del Seminario de Popayán. A partir de ese día se puso en servicio la nueva Pila Bautismal del Templo.En 1969, los primeros meses de este año llegan a la Parroquia las Imágenes del Cristo Triunfante y de San Antonio. La primera se coloca al fondo en la parte central del Templo Parroquial. La de San Antonio remplazó a la hermosa imagen traída de Barcelona (España) y destruida por el incendio del 12 de julio de 1964. Las Imágenes fueron donación de sendos religiosos.